Decir mentira y mentir



Mentir es un acto cotidiano para el ser humano, aun así es señalado como incorrecto, indeseable y hasta se clasifica como pecado. La mentira busca ocultar, de forma intencional y consciente, la verdad, ya sea a otro individuo o a uno mismo.
Quien miente es un mentiroso, Montaigne los divide en dos categorías: los conscientes de ocultar la verdad y los que mienten sin saber que lo que dicen es falso , pues lo han tomado como cierto.  El tipo de mentiroso consciente e intencional, al ser descubierto en el acto de mentir, es señalado, estigmatizado y perseguido como un mentiroso, alguien desleal, de poca confianza y en el que jamás se podrá confiar nuevamente. Sobre el segundo, el que ignora que esta diciendo mentira, al ser descubierto en el acto, y descubrirse ante el mismo la verdad, que él desconocía, puede señalarse como ignorante, como falto de perspicacia, es muy posible que esta falta le sea perdonada, mas también es probable que cargue siempre con la duda que sobre sus actos y palabras tengan los demás, pues cuando una mentira es desvelada se lleva a rastras todos los actos del mentiroso, anteriores y futuros. La víctima de la mentira no intencionada queda con la incertidumbre acerca de la veracidad de la ignorancia de la verdad que el que dice mentira evoca como defensa del acto de mentir.
La inseguridad que pesa sobre nosotros nos impide mostrarnos tal cual somos ante el mundo, la falta de confianza en los demás impide también que nos desenvolvamos con naturalidad, tememos del juicio externo. Lo que uno representa ante los demás, y ante uno mismo, ha tomado una importancia trascendental en nuestra felicidad, buscamos a toda costa mantener la buena opinión de los demás para con nosotros, entonces cuando creemos que nuestros actos no generaran un afortunada opinión , buscamos ocultarlos a toda costa. En algunos casos ocultamos situaciones que no han dependido de nuestra acción, justificamos esta mentira en el cuidado y preocupación que tenemos sobre aquellos a quienes podría afectar el conocer la verdad, este acto demuestra nuevamente el temor a perder la buena imagen, no como causante, sino como vía de entero, no queremos que se nos tache de malos, de inhumanos, de fríos. Este acto de mentir para proteger, demuestra la poca confianza que tenemos sobre los demás, si confiáramos en el afectado, no temeríamos de su reacción, si aceptáramos a esa persona de forma total, estaríamos dispuestos a afrontar la reacción que el conocimiento de la verdad cause en ella. 
Al mentiroso le afecta en gran manera cualquier herida en su ambición, que es conseguir mantener una buena opinión sobre él, cualquier menosprecio, desconsideración o rechazo pueden llegar a atormentarlo fuertemente, antes que eso, prefiere mentir. Es preferible, para el mentiroso, mantener la enorme infraestructura que sostiene una mentira, que enfrentar las consecuencias de la realidad, pues así, conserva la buena opinión que da estabilidad a su ser, a su pobre espíritu, temeroso e inseguro.
Un mentiroso intencional inventa fondo y forma que de sustento a la mentira, para mantenerla utiliza todos los recursos con los que cuenta, la apuntala con mas mentiras. El mentiroso debe estar consciente a cada instante de las mentiras que debe sostener, pues como son pensamientos faltos de verdad escapan fácilmente a la memoria, por ello debe tenerlos presentes en cada conversación, debe cuidar que cada pensamiento, acto y palabra, sostenga la mentira. Esto parecería un tormento diario, pero el mentiroso lo mantiene, pues le pesa menos cargar que afrontar las consecuencias que puede traer la verdad.
El mentiroso es un cobarde, pues esta incapacitado y no posee el valor para afrontar los hechos tal cual se presenten, no acepta que las cosas no sean como el desearía, por ello las vicia, crea su propia realidad, la cual, ante tan pobres cimientos, terminara por derrumbarse algún día. 

Cuanto mas cobarde se es, mas grande es la mentira, hay mentiras que se saben mentiras pues son dichas en tono de broma, lo cual pone en duda su veracidad, un acto que me parece totalmente estúpido y de una cobardía que raya en lo increíble, ¿para que mentir en cuestiones tan vanas?  ¡Cuanta falta de valor tiene el mentiroso! que ni siquiera es capaz de mentir con totalidad, y deja a su interlocutor la responsabilidad, la decisión, de asignar verdad o mentira a sus palabras. Este tipo de mentiras vanas revelan la enorme inseguridad del cobarde mentiroso.
Del otro lado esta la víctima de la mentira. ¿Que tan dispuesto estaría a afrontar la verdad? ¿Prefiere prolongar el desconocimiento de la verdad? Al saberse engañado no vuelve a confiar, pero no sabremos si agradece la mentira o la consigna, se le ha asignado un rol pasivo en el guión del mentiroso, tiene el papel del que aplaude o abuchea.

Comentarios

  1. no pasará desapercibido el canto del pajarraco que con sorna parece decir: "la verdad es un juguete inventado por los griegos." Y es que los pájaros piensan cada cosa oíga... Saludos miss bluematic. Dave Rotten

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