Zapatos de saxofonista

Antes de irme pasé mis ojos por la línea que forman tus zapatos ordenados. No te besé dormido, porque era un exceso. Sólo un par me grabé, unos zapatos de hombre, zapatos negros, botitas ajustadas a tus tobillos de joven delgado, zapatos elegantes, cómodos, divertidos. Zapatos casi de payaso importante. Te imaginé usándolos en un concierto, guapo como eres, llevando el ritmo con los pies, con tu cintura y tus lunares, que son perfectos, tu ritmo es perfecto, sosteniendo apenas el sax, porque ya casi aprendes a dejarlo volar.


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