Un cuento para un lobo despierto en la madrugada

A Alberto Wolfgang

Catorce, catorce estrellas estrelladas, un cisne negro entrado en años,  dos libélulas extintas, una flama viva. Tesoros de un lobo sólo. 

Hay lobos que aullan poesía, este lobo protagónico, además aulla nubes. Por las noches, cuando la manada duerme, él se levanta, camina al punto mas alto de la montaña y aúlla. De su hocico abierto hacia el cielo salen volutas de vapor que se tejen en el aire formando un ovillo que va creciendo y se transforma en nube, en una nube que aulla y llueve. 

Dicen que Wolf se comió un corazón de hombre, dicen que ese corazón tenia un aire metido muy adentro, dicen que Wolf se llenó el cuerpo de amor, dicen que lo que llueve de las nubes que aulla Wolf es el mismo Wolf derramándose.

Auuuuuuu auuuuuu llueve llueve, auuuuu ahi va una nube roja, le sigue una azul...

Auuuuu la nube hace auuuuuu, entonces el mundo es un diluvio de lobo.

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