Dia Cero / knocking' on heaven's door



La última noche de la humanidad me encontraba recostado sobre mi cama, un calor infernal no me permitía dormir. Sudor interminable bañaba mi cuello y entrepierna. Oscuro. Un extraño destello se abrió paso entre las nubes. Una luz cegadora caía sobre nosotros. No había aire, no había nada más.


El frío intenso me despertó, aturdido lentamente abrí los ojos. Terror, el cielo sobre mí era negro, relámpagos plateados caían sin cesar. No me encontraba en mi habitación, estaba afuera, no sé en donde, nieve y ceniza tapizaban el mundo. Olía a huesos carbonizados, el viento cargado de restos se metía en mí, ahogándome. Desesperado pellizqué mis brazos, nada cambiaba, seguí apretando, enterrando más fuerte las uñas en mi carne, nada cambiaba, solo mi piel se tornó púrpura.


Alcé la vista, enormes árboles calcinados me rodeaban, quise correr, pero el camino estaba repleto de maleza y escombros, tuve que calmarme para avanzar. Comencé a percibir que alguien me observaba, angustiado voltee hacia todas direcciones, no había rastros de que alguien estuviera cerca, pero su presencia era más que notoria, aceleré el paso, intentado llegar hacia ningún sitio.


Un aullido sordo se escuchó a lo lejos, casi me arrojo al piso tras la  primera impresión, intenté correr pero mis piernas no respondían,  estaban entumidas por el viento frío que comenzaba a cuartear mis labios. Un nuevo ruido desquiciante me sorprendió, era extraño, graves chasquidos, diferentes gruñidos, sonidos descompuestos y sin armonía, a medida que avanzaba por el camino los ruidos se volvían más y más intensos, me encontraba muy cerca de ellos, parecían provenir de detrás de un árbol caído.


Discretamente me tiré al piso, me deslicé sobre el suelo, la capa de ceniza y nieve ayudan a no emitir ruido alguno. Ya frente al árbol levanté un poco la cabeza, mi corazón se paralizó al descubrir el origen de los ruidos que me enloquecían. Un par de venados devoraban el cuerpo inerte de una pequeña niña, uno masticaba ansiosamente un brazo,  su compañero intentaba arrebatarle un trozo, pero los tendones parecían ligas, en un gracioso, y grotesco movimiento el venado forzaba sus mandíbulas de forma insistente.


Sentí una gran pena por aquella niña, las lágrimas comenzaron a correr por mi rostro, no comprendía en que situación me encontraba, pero no podía  detenerme a pensar,  algo me observaba, levanté la cabeza. Un ave azul observaba mis ojos de forma aplastante, su negra mirada me paralizó. Hipnotizado creo haber escuchado que me hablaba en una lengua insonora, me miraba, me destazaba con sus ojos, de su pico escurría un líquido viscoso, unas gotas cayeron sobre mi nariz, olía horrible, a carne descompuesta.


El ave lanzó un trino profundamente ruidoso a la par que se arrojaba sobre mí. Cubrí mi cabeza con los brazos, piquetes como espadas, espadas entrando en mi piel. Mi cerebro lanzó un impulso nervioso, mis entrañas se llenaron de bilis, enfurecido logré coger al ave, esta se defendía, su cuerpo parecía tener una fuerza salvaje, apreté y apreté hasta estrujar sus huesos. Frío, una línea de sudor helado corría por mi espalda, jadeaba, sangre escurría en mis brazos, mis ojos estaban duros como el vidrio.


Los venados me observaban, parecían hambrientos, uno comenzó a andar, el otro lo siguió. Di unos pasos hacia atrás, creyendo que las bestias tendrían compasión, el primero aceleró el paso rápidamente dispuesto a convertirme en carne dentro de su hocico, el segundo hizo carrera hacia mí. Lancé desesperado el ave muerta hacia la cara del venado que parecía el líder. Corrí aprovechando su breve desconcierto, el sonido de su galope me pisaba los talones, el vaho putrefacto de su respiración me alcanzaba a cada zancada.


El ruido que emitía este par de cazadores parecía un canto salvaje y demoniaco. Un enorme dolor cubrió mi pierna, sentí sus dientes mordiendo mi pantorrilla, caí de un golpe, el enorme animal se tropezó y salió volando por encima de mí, su cabeza cayó sobre el piso. Escuché el crujir de su cuello, me incorporé rápidamente, esperaba que su compañero se lanzara sobre mí, pero su cuerpo se encontraba tumbado, su vientre parecía moverse, como si algo buscará salir. El venado movía la cabeza como suplicando ayuda, lentamente me acerqué y descubrí aquello que se movía dentro de aquellas entrañas eran  ratas hambrientas, cientos de ellas devoraban rápidamente el cuerpo aún vivo del venado. El dolor de la mordida volvió a envestirme, miré mi pierna, la hemorragia no paraba.


Un ruidito, una rata se irguió olisqueando el aire, la observé, sus ojos eran completamente blancos, hice un leve movimiento y descubrí que era ciega. Con la pequeña cabeza parecía buscar desesperadamente el origen del aroma que percibía, el de mi sangre. Lentamente caminé hacia atrás, el cuerpo del otro venado también era devorado por ratas. Horrorizado comencé a correr, decidí alejarme del camino por entre los arbustos calcinados.


Corría desesperado sin importarme el  dolor que invadía mi pantorrilla derecha, detrás de mí, el chillido de cientos de ratas hambrientas se acercaba cada vez más. Un intenso calor recorría el interior de todo mi cuerpo, me quemaba, pero no podía detenerme, corrí en diversas direcciones, en un intento de esquivar  y confundir a las ratas. De repente el piso se aflojó, caí hacia el vacío. Mi pierna derecha recibió toda la carga de mi cuerpo, lancé un dolorido grito, más bien un gruñido bestial. Había caído en una especie de túnel, tras un tiempo de confusión pude darme cuenta que había caído sobre unas vías, estaba dentro de un túnel del tren subterráneo.


Me calmo… respiro, me calmo, necesito relajarme y pensar.  Creo que estoy sólo. Todo es oscuro aquí.

Escucho una canción dentro de mí. Estoy sólo. Pierdo el sentido.


It's getting dark too dark to see…


Despierto. Demasiado oscuro para ver. El frío me muerde los huesos, el frío es un caníbal jodiéndome los huesos. Tengo que caminar con el frío, o las ratas, jodiéndome los huesos. No sabía que el frío pesaba, que la humedad pesaba tanto como si uno tuviera la luna encima, sin dejarlo respirar, así pesa.

Demasiado oscuro para continuar, pero debo seguir, sé que camino por los túneles del tren, sé que sigo aquí, siento los rieles y el olor del cemento enmohecido.  ¡Maldito olor! ¡Se me clava en la cabeza! Tengo la cabeza llena de salitre, el cerebro cayéndose a pedazos, inflamado de tanta sangre coagulada, mi piel se siente áspera, tengo sed con gusto a hierro.


That cold black cloud is coming' down…

Aquí adentro no se siente el tiempo. No hay luz, ya no pasan los trenes, creo que hay ratas. Creo que me están mordiendo las piernas, no lo siento, a veces las escucho correr, masticar.   Creo que he comido ratas, no quiero recordar eso, lo borro. Creo que me han jodido el talón, porque no lo siento, no puedo verlo, no quiero tocarlo. Si camino no siento, la pantorrilla dejó de doler, no quiero buscar si aún tengo pantorrilla, si no duele, mejor así.


Aquí abajo no hay tiempo. Imagino que camino junto al tren, o dentro de él, de uno que va tan rápido que le gana al tiempo. A veces sí siento el tiempo, cuando caen gotas sobre mí, porque a veces duran demasiado. Se siente como una cuerda atada al estómago, cada que avanza hala de la cuerda y lo estrangula. Se siente como un vacío.


Las gotas a veces son de agua sucia y a veces son de ácido. Debo probarlas todas, porque son el único suministro de agua que tengo. El ácido me quemó los dientes y los labios…  Tengo hambre. Demasiado oscuro para ver, tal vez unas gotas de ácido cayeron en mis ojos y estoy ciego, como las ratas. ¡Ja! Soy una rata ciega de metro, una rata humana ciega dentro del subterráneo. ¡Ni más, ni menos! Siendo claros ya no hay diferencia entre las ratas y yo, estamos uno dentro del otro, carne y sangre intercambiada. Nada nuevo, las ratas y los humanos siempre fuimos una plaga carroñera, un virus. Lo de los venados y las aves es otro asunto, pero las ratas y los humanos seguimos siendo los mismos.



Mama put my guns in the ground

I can't shoot them anymore…



Y si, ¿me detengo?…

Y si, ¿me quedo aquí sentado? Estoy cansado, cansado a morir…


Pero si me quedo aquí me volveré loco. Esperar no es para mí. Mejor camino a buscarla, a ella, a la Muerte. Tal vez también me ande buscando. Igual y nos encontramos en la próxima estación. ¡Ja! Debajo del reloj… Me la imagino ahí parada, sosteniendo su bolso de mano y su guadaña… Como aquella chica debajo del reloj de la estación La Paz, pero esta vez yo si llegaría a la cita. Esa chica se veía muy linda esperándome.


Aquella vez sí llegué, pero no bajé del convoy. Siempre hacía y decía lo contrario a lo que pensaba, por miedo. ¿Miedo? ¡Miedo es esto! ¡Esta realidad!, aquel miedo se torna pequeño ante esto. Ella lucía completa, por eso no me bajé, a mí me gustaban las chicas rotas, las que necesitan algo que las complete. Yo creo que la Muerte será mi primera chica completa, porque ella, aunque este en los huesos, no, no está rota…

¡Y este frío! La Muerte se anda tardando en encontrarme. Me debí quedar allá arriba, pero no pude. Siempre supe que el infierno estaba arriba y no abajo, aquí se torna paradisiaco porque al menos no veo.


¡Aghhhh! Cof… Cof… ¡Mierda!


Vomito un asqueroso líquido, huele igual al que a aquella ave azul soltaba por su pico, quizás me estoy pudriendo igual que ella, quizás enfermé de lo mismo, un virus llamado decadencia. Siendo honestos tal vez siempre estuve infectado.

Aquí abajo lo mejor es pensar en la Muerte, en la de uno mismo, para no pensar en la muerte de allá arriba, en la muerte de… No, si pienso en eso me volveré loco y quiero tener lucidez para cuando me encuentre la Muerte.


Knock-knock-knocking on heaven's door


¿Quedarán algunos vivos? ¿Habrá alguien aquí abajo? ¿Vivo? ¿Para qué jodidos me vine a caer aquí?… La piernita, destrozada. El vestido azul con florecitas amarillas. ¿Cómo habrá sido su cara? Los malditos venados masticando la carita de la niña, su pierna destrozada a un lado, y Yo, paralizado y luego aquella ave.



Quisiera… ¡Yo quisiera! ¡No sé! ¡No sé!…


Quisiera no vomitar, quisiera imaginar que las ratas no me están comiendo vivo, quisiera imaginar que allá arriba aún queda gente viva, que tal vez enfrenta a los animales enloquecidos, infectados.

¡Quisiera estar cerca de las puertas del cielo! ¡Del infierno! ¡Y tocarlas! Para que alguien las abriera para mí y esto terminara. Quisiera no llorar.


Al menos aquí no me picarán los pájaros de ojos negros, pero están las ratas, y el frío. ¡El maldito frío! y la humedad y la maldita sed hierrosa.



Mama take this badge from me

I can't use it anymore…


Al menos estoy sólo y no veo a nadie más pudrirse. Nadie pudo haber imaginado esto, con nuestras vidas planeadas desde principio a fin, con nuestro mundo sanitizado. Nadie imaginó este final. Mucho menos imaginaron a los animales tras de nosotros, mordiendo, picando, royendo nuestra carne y huesos podridos. ¡Ja! Nadie pensó en esto cuando en el 2015 un venado que fue captado en un bosque mordiendo restos humanos. Asqueroso.


Si estoy ciego al menos no las veo morderme.


It's getting dark too dark to see


¡Mierda! ¡Mierda! ¡Dios!

¡Aggg!… Me rompí la cara. ¿Con qué demonios choqué?  No puedo quedarme aquí tirado, tengo que incorporarme. ¡Mierda! ¡Mis dientes! Sangre… No, no, no puedo quedarme aquí tirado. Ellas olerán la sangre, saldrán a buscarme…


Knock-knock-knocking on heaven's door


En el suelo estoy más seguro, si me arrastro nada podrá derribarme nuevamente. Sí, sí. Avanzo más rápido si me arrastro a gatas.

No siento las manos, ni los pies. Lameré mis manos, si es que siguen ahí. ¡Sangre! ¡Me sangran las manos! ¡No! No, no... ¡No puedo sangrar! 


También me sangra la cara… La cara y las manos.

No, no… Tengo hambre. Mi sangre,  ellas la olerán, vendrán. Vendrán también los malditos pájaros azules, hasta el maldito venado vendrá.


Vendrán a joderme. No, no, no… Debo seguir. Siento piquetes en la espalda, leves piquetes. No, son pasos, son patas. Patitas corriendo por mi espalda. Mis manos sangrando. Algo tibio y suave me roza la cara, es pelo. Debo seguir, no parar. Llegar a la próxima estación. Debajo del reloj una linda chica me espera.


Feels like I'm knocking' on heaven's door




Donato Cava

(Marcia Donato & Argenis Cava)

Comentarios

Entradas populares